Las finanzas corporativas son una rama de finanzas que se ocupa específicamente de la gestión económica de las empresas, con el propósito de asegurarles los recursos suficientes para operar de manera eficaz y sostenible tanto a corto como a largo plazo. Las principales actividades que componen las finanzas corporativas son:

La recaudación de fondos: tiene el propósito de obtener recursos para la empresa e incluye, por ejemplo, actividades para identificar y aprovechar las mejores oportunidades de financiamiento, la negociación de préstamos bancarios y la búsqueda de nuevos inversores;

La evaluación de inversiones: consiste en el análisis y la evaluación de los aspectos financieros, económicos y estratégicos de una inversión, por ejemplo, a través de la estimación de los flujos de caja esperados, la aplicación de métodos de evaluación (como el valor presente neto y la tasa interna de retorno) y el análisis del riesgo considerando diferentes escenarios

La planificación financiera: es la actividad destinada a garantizar a la empresa suficiente liquidez para cubrir los gastos, financiar las inversiones y alcanzar los objetivos. Incluye, por ejemplo, la gestión del flujo de caja y la asignación de recursos financieros a las diferentes actividades de la empresa;

La gestión del capital humano: concierne a la gestión de todos los recursos humanos de la empresa. Se centra en el bienestar y la sostenibilidad, dos elementos que están en el centro de los procesos de toma de decisiones empresariales;

La gestión del riesgo financiero: tiene como objetivo desarrollar estrategias para proteger a la empresa de pérdidas y mitigar los impactos negativos;

El análisis financiero y la elaboración de informes: busca proporcionar información para apoyar la planificación, la evaluación y las decisiones financieras. Esto se lleva a cabo, por ejemplo, a través de balances, estados de resultados, flujos de caja, cálculo de índices (endeudamiento, liquidez, rentabilidad, etc.) y otros informes financieros.